
Solo cambios de posición, pero nunca una salida: todos sus esfuerzos por desplazarse lo traían de vuelta al mismo punto. Ahora su cuerpo no lo soportaba más. Creyó saber lo que existía a su alrededor, haber visto el exterior mientras el alcohol lo elevaba por sobre las flores violetas del gualanday que siempre le dio sombra a sus tragos...